A raíz del suspendido y muy criticado incremento de las tarifas de transporte público en el Área Metropolitana de Cúcuta, me permito hacer las siguientes reflexiones personales que, por supuesto, son un simple aporte y están sujetas a cualquier crítica constructiva, debate o complemento que el lector considere.
El Área Metropolitana de Cúcuta (AMC) está en mora desde hace muchos años de definir una política pública metropolitana sobre sus temas transversales (Transporte-Servicios Públicos-Ordenamiento Territorial). Con el cuento de la independencia y autonomía de cada municipio, las ciudades conurbadas y con municipios entrelazados (como el caso de Cúcuta con Los Patios y Villa del Rosario) se han venido convirtiendo en un verdadero desorden en el que cada municipio escoge un camino diferente para cada uno de los temas transversales que mencioné anteriormente, y que quién sabe hasta qué punto del desorden y la falta de coordinación nos llevarán en los años venideros si no le damos las herramientas al AMC para que coordine y sea la autoridad en estos asuntos.
Ahora, específicamente en lo que tiene que ver con el transporte, por fin hay por lo menos un anuncio por parte de la administración de Cúcuta de contratar el plan maestro de movilidad con asesoramiento de Findeter. Como lo expresé en un artículo anterior, lo importante ahora es que no se quede en anuncios, y que el plan se contrate, se supervise y se entregue lo antes posible. No podemos empezar a dar pasos sin contar con el plan. Otras ciudades, hace poco más de una década, se montaron tal vez sin planes de movilidad bien estudiados, en la fiebre del Transmilenio y terminaron construyendo sistemas sobredimensionados para sus territorios, insostenibles financieramente y que tienen sus finanzas en jaque. Por esto es por lo que no necesariamente el plan nos tiene que decir que en el área metropolitana de Cúcuta hay que hacer buses con troncales independientes, o tranvías como varios soñamos, o cables.
Puede que sí, como puede que no, como puede que un poco de cada modalidad. Eso lo definirá la ingeniería de tránsito y los diferentes análisis de origen-destino, nodos y demás. Lo que sí es cierto es que el plan debe ser aterrizado a la realidad de la urbe y debe implementarse paso a paso. Antes que contar con costosas y espectaculares estaciones de esas que los candidatos muestran en renders, debemos situarnos en la realidad económica del usuario. Entender que, en nuestra ciudad, por ejemplo, es más importante contar con cabinas climatizadas y asientos cómodos. Así mismo se debe buscar la simplificación de las rutas, evitando los transbordos que tanto afectan a las personas que viven en la periferia y que normalmente son los de menores recursos.
Se debe hacer un compromiso real y coordinado con las autoridades para combatir la piratería. Se debe analizar no solo lo metropolitano, sino también lo binacional. No sé a quién se le ocurriría diseñar un sistema integrado de transporte sin tener en cuenta a la frontera, por muy cerrada que esté. Se debe continuar con la promoción de medios alternativos de transporte como la bicicleta, favoreciendo la construcción de infraestructura para este fin. Así no nos guste, y si queremos una ciudad medianamente vivible en los próximos años, debemos restringir el uso del carro particular, y promover el transporte público, obviamente brindando una oferta atractiva para los usuarios. Pero la más importante de todas las medidas, es tal vez la más difícil de implementar, y es crear una cultura ciudadana de la que lastimosamente en nuestra ciudad poco o nada existe.
Como ciudadanos debemos apropiarnos de este tema, y así como exigimos que no se suban las tarifas ante un servicio de tan mala calidad, debemos seguir exigiendo que nuestra ciudad cuente con un buen sistema de transporte. Luego de implementado, vendrá la concientización para cuidarlo. En todo caso, el camino es largo y debemos ir paso a paso. A veces creo que se vale soñar.
Juan Francisco Yáñez
Ingeniero Civil e Ingeniero Ambiental MSc. Ingeniería y Gerencia de Proyectos de Construcción Universidad de Los Andes.
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